Hace poco más de un año un compañero comentaba conmigo que «Facebook era el futuro de las páginas web». En un momento en el que la integración entre estas y Facebook no se había desarrollado completamente, no podía llegar a vislumbrar la verdad de esas palabras. Ahora lo hago.
Todos conocemos Facebook, es una pestaña en nuestros exploradores siempre que estamos navegando. Podemos decir que se ha convertido en una parte inherente a nuestra vida cibernética; y no cibernética.
Lo que caracteriza a Facebook como una red social es, precisamente, la habilidad de establecer una serie de conexión con amigos, o gente desconocida, a través de muros, aplicaciones, grupos y páginas. En este sentido, han surgido una serie de alternativas y competidores que caraterizan esta función centrándose en un nicho de población con diferentes características.
¿Por qué Facebook ya no es sólo una red social?
En primer lugar me gustaría que mirásemos de cerca el papel de Facebook en nuestra vida cibernética diaria más allá de las redes sociales; más concretamente, en nuestra experiencia web global.
Facebook no sólo se limita a su propio sitio web, si no que nos ofrece sus herramientas allí donde vamos.
Un claro ejemplo de ello es el Facebook Connect; la herramienta que permite registrarse o conectarse a un sitio web con tu cuenta de Facebook.
Se acabaron los eternos formularios de registro que echaban atrá a mucha gente a la hora de participar en una comunidad. Se acabó el recordar el usuario y contraseña de cientos de sitios diferentes, y personalizar cada uno con tu avatar y datos personales. Ahora Facebook es una llave, una identidad global con la que te puede identificar en casi cualquier lugar
Por si fuera poco, con herramientas como Facebook Comments, puede comentar artículos directamente con tu cuenta de Facebook ¡incluso las herramientas que no son propias de Facebook tienen una integración con este!
Observando estos puntos, podemos afirmar que Facebook se está convirtiendo a pasos agigantados en una auténtica tarjeta de identificación cibernética. Si echamos el zoom hacia atrás y obtenemos una perspectiva cronológica, observaremos que esto, en cierto modo, marca un antes y un después en la era informática; la era del anonimato.
Nos hemos olvidado de gatita78 o elmasmejor69 para pasar a adoptar nuestra propia identidad en la red; ya sea en foros, artículos o blogs en general.
¿Es Facebook el futuro de las páginas web?
Otro de los aspectos cruciales a mi juicio, ha sido el desarrollo de las páginas Facebook. Lo que antes, para una empresa u organización, era simplemente un foco de presencia en la red social, ahora forma parte de su actividad. Hemos roto la barrera entre la web y la página Facebook para integrarlas completamente. Gran parte de la actividad de relaciones públicas y atención al cliente de la empresa se divide entra la página web y la página Facebook, llegando a conectar una a la otra orgánicamente.
Y, señores/as, esto es grande. Se ha logrado llevar la empresa al cliente, y no al revés. Al lugar más íntimo del cliente, su círculo de amigos. Una persona puede ahora leer una actualización de su mejor amigo y poner un Me Gusta al último producto de su empresa, o leer el último artículo del blog de esta.
Pero en este artículo quiero llevar el asunto un poco más allá. Con la nueva opción de pestañas en las páginas Facebook y las aplicaciones disponible ¡¿que no se puede hacer en Facebook?! Nuestros usuarios no tienen que salir de Facebook para enviarnos un formulario, o un correo, leer nuestros últimos artículos de blog, o tweets, ¡ni siquiera para comprar en nuestra tienda virtual!
Creo que es precisamente este último punto el que marca la diferencia entre Facebook y el término «red social» y el que apunta a Facebook (o herramientas como él) como el futuro de la página web de las organizaciones y empresas: un lugar interactivo, en el mismo lugar donde desarrollamos nuestras actividades de ocio cotidianas, y con las mismas posibilidades que una página web funcional.
Con esto no quiero, ni mucho menos, descartar la función de la página web. No debemos olvidar nunca de que Facebook es un servicio externo, nuestra identidad dentro de otra identidad. Nosotros debemos de tener la nuestra y, en muchas ocasiones, nuestros servicios requeriran de una plataforma propia.
Lo que si me atrevo a afirmar es que nuestra página Facebook, está adquiriendo tanta importancia como nuestra propia página web.
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